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Mostrando entradas de junio, 2022

¡Aquí mando yo!

       En las últimas semanas hemos discutido más veces de lo habitual. Por fruslerías, como diría mi tía Mercedes. Yo lo achaco a la influencia del viento terral que sopla sin cesar desde hace unos días; además, ayer tuvimos luna llena y eso, lo quieras o no, parece influir en los ánimos de ciertas personas « especialmente sensibles » , como lo somos nosotros.      Sin embargo, ella opina que el haberme quedado sin trabajo está influyendo en nuestro talante. También opina que no hago lo suficiente por buscar nuevo empleo. ¡Vamos como si los empleos cayeran de los árboles! El colmo ha sido lo de esta tarde. Es que acabo de perder, jugando al póker con los amiguetes, los quinientos veinte euros que ella tenía ahorrados y que, justo esta mañana, me había dado para pagar los seis últimos recibos de la luz, ante la amenaza por parte de Endesa de cortarnos el suministro eléctrico.      —¡Me tienes hasta el moño! Dime tú, so desgraciao , de dónde coño vamos a sacar ahora otros quinientos vei

El Dragon Rapid

  He empezado a leer el libro La guerra civil española en 100 objetos, imágenes y lugares. Es una obra plural, compuesta por once autores, coordinados por Antonio Cazorla Sánchez y Adrian Shubert. Promete ser de lectura amena y, sobre todo, con una visión de la guerra desde un ángulo inédito. Como en la misma introducción los autores dicen “la memoria de los hechos han ido cambiando a medida que el país evolucionaba”. El primer “objeto” que el libro nos presenta es el avión Dragón Rapid que llevó a Franco desde las Islas Canarias a Tetuán. El aparato está en el Museo del Aire de Cuatro Vientos. Todavía se puede leer en su morro el nombre de la compañía propietaria en 1936: Olley Air Service Ltd. El autor de este primer capítulo es el propio coordinador Antonio Cazorla Sánchez y en él nos cuenta numerosos detalles del viaje de Franco en ese avión y de cómo se pergeñó tal viaje. Me ha llamado la atención lo que dice sobre el cartel que aún se exhibe al lado del aparato. Lo copio

¿De quién son los olivos?

  Le he cogido la navaja a mi padre, porque sé que no la va a echar de menos. Con hoy lleva tres semanas sin salir al olivar. Aún no se ha recuperado del accidente. He desayunado lo de todos los días, un tazón de leche con Colacao y un canto de pan con aceite. Mis padres creen que me voy al colegio, pero hoy haré rabona. La seño se lo dirá, como otras veces, y entonces mi padre me dará un cogotazo mientras me dice que soy como un olivo, que para que dé fruto hay que zurrarle con la vara. Lo hará delante de la seño , para que vea que me castiga, pero luego cuando estemos a solas me echará su brazo por los hombros y me dará un euro para que me compre una chuchería. Para ir al colegio tengo que atravesar el olivar, que parece no tener fin. Se tarda más de una hora andando. Nuestra casa es como una pequeña isla blanca en el centro de un inmenso mar. Todos nos levantamos al amanecer, desde siempre. Mi madre dice que a esa hora la luz te permite seguir como si aún estuvieras soñando. Ento