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Mostrando entradas de febrero, 2023

¿Es absurdo el humor absurdo?

Todo el  mundo sabe que tengo una particular afición al humor absurdo, también al negro, pero este solo cuando estoy de luto. Por el contrario no me gusta nada el humor vítreo, nadie sabe para qué sirve ni quién lo inventó. Jaime Rubio Hancock, un día paseando por los sótanos de la Biblioteca Nacional, se encontró un título tirado en el suelo. Lo cogió y lo leyó. “El gran libro del humor español”, decía el papelito. Jaime, que las pilla al vuelo, se dijo: “Ah, pues voy a escribirlo yo”. Y cuando llegó a su casa, después de merendar un bocata de mortadela, se puso a escribirlo y no paró hasta tenerlo terminado dos meses y cuatro días después. Luego tuvo que corregirlo y ahí tardó casi dos años, pero bueno, se comprende, a todos nos ha pasado lo mismo. Pues resulta que el pasado día seis de enero, me trajeron el susodicho libro los tres reyes magos. Bueno, en realidad el libro me lo subió a mi casa un paje del rey negro cuyo nombre ahora no recuerdo, creo que es el abuelo de Otelo, p

Unas fotos para meditarlas

  Yulia Napolskaya es una artista rusa nacida en 1973, residente en San Petersburgo, dedicada al mundo de la fotografía y la foto-manipulación. Sus trabajos rezuman teatralidad y humor; lúcidas composiciones llenas de ironía que apelan a la complicidad del espectador para seguir el juego de los personajes. Yulia es frecuentemente su propio modelo. Ha ganado varios premios y expuesto sus creaciones en varias oportunidades. El feminismo podría utilizar alguna de sus fotos para su lucha reivindicadora de la igualdad de género. Por ejemplo esta que ella ha titulado “Cruz femenina”. Creo que la foto habla por sí sola: fregar, lavar, cocinar, mantenerse atractiva y seductora para cuando a él le venga en gana echar un rato de guarrerías, como diría Chiquito. He visto muchas más fotos de esta singular artista. Son todas muy elocuentes. Entre otros temas, toca el de la muerte. Ya sabéis que a mí me gusta pensar en ella. Solo de vez en cuando, no vayáis a creer que soy un necrófilo. Al fin

¡No me das miedo, Muerte!

Nietzsche, un gran pensador que sin duda hizo más de lo que le correspondía en su reflexión sobre la muerte y el acto de morir, se asombraba al ver cómo la mayoría de las personas no están dispuestas a pensar en la muerte. Hace poco más de una semana murió la madre de un amigo mío. Fui al tanatorio para acompañarlo unos minutos en su dolor. Por un momento experimenté  la muerte, pero no fue MI muerte, fue la muerte del Otro, no la propia. La muerte mía nunca podré experimentarla. Sartre, el pensador existencialista, insiste en que una persona nunca experimenta su propia muerte. Desde el punto de vista de la persona, no puede padecerse la muerte. ¿Cómo podría hacerlo, si la muerte supone la completa destrucción de su punto de vista? En un sentido estricto, la muerte solo les sucede a los demás. Muchas personas se angustian y temen la muerte. Si son “creyentes”, si son adeptos de alguna religión, tal vez se sientan consolados con la esperanza de una vida ulterior, sin sufrimiento, eterna