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Diez años en un instante

¡Diez años! …
Se dice pronto y sin embargo han pasado diez años. Aquel día, especialmente caluroso, no sabía cómo calmar mi sed. Entré en tu bar por casualidad. Solo busca agua fresca. Te encontré a ti. Y ya no supe calmar mi sed con otra agua distinta a la tuya.
Han pasado diez veranos más. Calurosos como aquel primero; frescos como tu agua. Y diez primaveras floridas como tu mirada. Han pasado diez inviernos en el calor de tu risa. Y diez otoños en el remanso de tus caricias. Durante todo ese tiempo, tú has estado ahí sabiendo calmar mi sed.

Hoy entro en tu bar, pero ya no estás tú. ¿Quién calmará mi sed?

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